Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia
Hace unos meses tuve la ocasión, junto a mi familia, de visitar Kenia. Era un viaje con el que habÃamos soñado mucho tiempo y que, finalmente, pudimos llevar a cabo. El viaje no solo fue interesante por las impactantes imágenes que nos llevamos en la retina de paisajes y animales, sino también, y casi me atrevo a decir que especialmente, por la cantidad de vivencias que nos llevamos de las gentes que habitan allà y que nos dieron muchas lecciones de vida.
Una de ellas fue la historia de Rakita y Monwüi, hermanos dentro de una familia muy numerosa. Un dÃa su padre reunió a los hermanos mayores y les pidió que levantaran la mano los que quisieran ir a la escuela, frente a los que preferÃan quedarse con él al cuidado de los animales.